19 mayo 2008

Las barreras en la comunicación cotidiana en las instituciones lanzaroteñas

ACN Press Arrecife


Naima Ben Bachir abandonó Marruecos hace casi 12 años para poner rumbo a España. El castellano lo aprendió en el colegio, y en poco tiempo, ella misma se convirtió en traductora de su madre cuando la acompañaba al médico o a solventar cualquier papeleo. Una década después, esa sigue siendo la tónica general entre el colectivo de inmigrantes, especialmente entre los recién llegados, frente a la inexistencia de intérpretes en la mayoría de los lugares públicos de Lanzarote.

“Es una de las dificultades más grandes que hemos sufrido aquí, y que seguimos sufriendo”, apunta Guelage Gano, de Guinea Bissau, presidente del Colectivo de Inmigrantes Independientes. “Para cualquier gestión burocrática, nosotros mismos nos encargamos de acompañar a nuestros compañeros: al hospital, al ayuntamiento, a la policía…”.

En la comisaría de la Policía Nacional de Arrecife sólo hay un traductor para los detenidos. Si un extranjero quiere hacer una consulta o poner una denuncia, la situación se complica. “Si el compañero que está recogiendo denuncias no entiende al denunciante, no puede hacer nada”, explica un agente desde comisaría. La única solución: remitirle a un teléfono que ofrece la posibilidad de ser atendido en varios idiomas a la hora de presentar denuncias.

De momento, sólo el ayuntamiento de Tías ha tomado cartas en este asunto para solventar este problema. Esta misma semana, se presentó un sistema de traducción simultánea que permite agilizar la comunicación entre ciudadanos y funcionarios. El resto de consistorios, ve esta iniciativa con buenos ojos, pero de momento, no hay propuestas concretas sobre la mesa para seguir estos pasos.

En San Bartolomé, parte del personal habla idiomas como inglés o alemán, pero no hay una persona destinada específicamente a la traducción. “En ocasiones hemos contratado a un intérprete de forma puntual”, explica la concejal de Servicios Sociales, Concepción Álvarez. En Teguise, la situación es similar: aunque nadie tiene en su contrato la categoría de “intérprete”, algunos trabajadores que hablan otros idiomas, echan una mano cada vez que hay problemas de comunicación.

“Aquí solemos tener pocos casos de personas que no hablan castellano”, explica Jacobo Betancor, concejal de Servicios Sociales de Haría. “Y cuando vienen, siempre lo hacen acompañados por gente que domina el idioma”. En todo caso, el concejal aplaude la iniciativa de Tías, alegando que “es interesante que la idea a la diversidad no sea algo excepcional, sino normal”. Por otra parte, desde el área de Asuntos Sociales de Yaiza se afirma que varios trabajadores del departamento de inmigración están preparados y hablan otras lenguas para atender a las personas que lo necesitan.

En el caso del Cabildo, sus dependencias tampoco cuentan con personas que cubran exclusivamente las funciones de un intérprete. “Si tenemos necesidad, recurrimos al personal que habla idiomas”, explica Joaquín Caraballo, consejero de Asuntos Sociales e Inmigración.

En el hospital José Molina Orosa, sin embargo, sí se cuenta con un servicio de teletraducción por teléfono móvil que cubre hasta 49 idiomas diferentes. Entró en funcionamiento a finales del año pasado y permite una comunicación fluida entre el profesional, el usuario y el traductor. A veinte de estas lenguas se puede acceder en tiempo real, mientras que en el resto, se dispone un plazo de cuatro horas para llevar a cabo la traducción.

La odisea de los sordos

Actualmente, en Lanzarote sólo trabaja una intérprete de lengua de signos titulada. Una intérprete que, además, cubre también a la isla de Fuerteventura. “Es totalmente insuficiente”, explica Marisa de la Torre. “Muchas veces me veo obligada a suspender servicios o a priorizarlos bajo mi criterio”. Hay otros intérpretes, pero no están titulados, y según Marisa, “esto tiene garantía y fiabilidad hasta cierto límite”.

En Lanzarote, hay 187 personas sordas. Muchas de ellas, ni siquiera saben que tienen derecho a solicitar los servicios de un intérprete siempre que lo necesiten. “La mayor parte de los servicios que cubro son médicos, jurídicos y de cualquier tipo de gestión en ayuntamientos o cabildo”, señala Marisa.

Según ha explicado Joaquín Caraballo, concejal de Asuntos Sociales de la Primera Corporación Insular, actualmente se está “valorando” la posibilidad de contratación de un servicio de interpretación coordinado con el resto de los ayuntamientos de la Isla, de cara al cumplimiento de la Ley de Lenguas de Signos aprobada el pasado mes de octubre. Pero de momento, no hay plazos establecidos.

Mientras tanto, funcionará como hasta el momento: “Lo único que tenemos ahora es un convenio de carácter anual con la asociación de personas sordas, por el que se les subvenciona para que ellos contraten intérpretes”, explica el consejero.

Fuente: canarias7.es

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