22 enero 2008

Europa, comienzos del siglo XXI

La odisea de Mamadou

La mano de Mamadou. Foto: EFE
Un obrero del puerto de Génova ha conseguido liberar a un inmigrante que estaba encerrado en el camarote de un barco desde hace 15 días, después de que las autoridades de Italia y España le impidieran bajar en suelo europeo. El buque había pasado por Tenerife el 7 de enero

EFE- ROMA/ LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Según informó ayer el diario La Republica, Mamadou C., de 22 años y natural de Guinea Bissau, embarcó como polizón hace dos semanas en un buque mercante italiano que zarpó del puerto de Dakar y tocó el puerto de Tenerife durante su travesía. Tras unas horas de navegación fue descubierto por la tripulación, que lo encerró en el camarote y quiso entregarlo a las autoridades españolas después de atracar en el puerto de Tenerife, según el periódico romano.

Al llegar a Génova, el capitán intentó de nuevo entregarlo a las autoridades competentes, pero la policía italiana le prohibió bajar del barco y ordenó al capitán que lo repatriase, ya que "antes o después" debería retornar a África. Sin embargo, antes de partir, el barco debía ser reparado, motivo por el que estaba atracado en el puerto en espera de pasar a los astilleros. Encerrado bajo llave en un camarote, el inmigrante colocó un letrero con la palabra "ayuda", en inglés, y desde hace días golpeaba la ventanilla para que alguien le socorriese.

Un trabajador del puerto lo observó y tras comunicarse con él por señas, pidió auxilio a un abogado que ayer logró su liberación cuando en el barco no había nadie a bordo. La Fiscalía de Génova ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido, mientras el comandante del barco dijo que se trata de un procedimiento legal.

"No se preocupen. Ese está bien. Es un clandestino y lo habría llevado de vuelta a África", declaró el capitán del barco, según el periódico. En un examen médico se comprobó que Mamadou tenía fiebre, aunque sus condiciones de salud eran buenas.Según la Delegación del Gobierno en Canarias, el capitán del barco Italroro firmó durante su parada en Tenerife un documento por medio del cual se hacía responsable del polizón que había sido encontrado en la nave. Las fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias explicaron a Efe que, según la normativa, cuando se encuentra un polizón en un barco, el capitán del mismo está obligado a devolverlo al puerto en el que accedió a la embarcación.

Añadieron las fuentes que el capitán de este barco firmó el 7 de enero de este año un documento en el que asumía la responsabilidad sobre el polizón, y comentaron que el escrito fue firmado en el puerto de la capital tinerfeña antes de partir con rumbo a Génova. En ningún momento se denegó el permiso para que bajase el polizón y sus condiciones eran buenas.

Fuente: laprovincia.es

No hay comentarios.: