05 octubre 2008

La Fiscalía pide cinco años para un guardia civil por poner una pistola en la sien a un niño marroquí en Lanzarote



El agente está acusado de presuntos delitos de amenazas y torturas al menor

El hombre pensó que el chico había agredido a su hijo y fue en su búsqueda


LA PROVINCIA / DLP - ARRECIFE. La Fiscalía ha solicitado imponer una pena de cinco años de cárcel para un guardia civil acusado de presuntamente amenazar y torturar a un menor de origen marroquí en Puerto del Carmen (Tías), en Lanzarote. La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas celebrará el próximo miércoles 8 de octubre en Arrecife el juicio contra F.S.R., mayor de edad y sin antecedentes penales, acusado de un presunto delito de amenazas y otro de torturas, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público al que ha tenido acceso Europa Press.

Según el Fiscal, sobre las 21.00 horas del día 28 de marzo de 2005, después de que su ex compañera sentimental le dijera por teléfono que su hijo había sido agredido por otro chico marroquí y que había resultado lesionado, el procesado se dirigió en compañía del otro hijo de la mujer a casa del niño en Puerto del Carmen. Una vez en dicha vivienda y ayudado por una persona árabe a quien conocía, para que hiciera de intérprete, le preguntaba por el chico que había agredido al hijo de su ex compañera. La mujer que le recibió en la casa le dijo que se trataba de un sobrino de su compañero sentimental y que no estaba allí.

Sin embargo, el acusado siguió insistiendo en que no lo ocultara "llegando a sacar su arma reglamentaria haciéndola girar sobre su dedo índice, conminando repetidas veces" a la mu- jer para que le indicara quién había agredido a su hijo y para que no lo ocultara. En cambio, la persona, "temblando de miedo, se introdujo en su domicilio, desde donde llamó a la policía" y el acusado huyó del lugar. Momentos después, en los mismos apartamentos, el acusado "al ver a un chico marroquí, lo cogió del cuello y le preguntó por el chico que había agredido", si bien este chico no comprendía lo que le estaba diciendo, por lo que no podía responder a lo que le preguntaba el acusado.

El procesado, "tras decir diversas expresiones despectivas y xenófobas, procedió a sacar nuevamente su arma reglamentaria, poniéndosela en la sien al niño, con inequívoco ánimo de denigrar a éste que, además, se quedó completamente paralizado".

Luego apartó la pistola de su cabeza, ya que uno de los que le acompañaban le indicó que éste no era el chico causante de la agresión.


Fuente: laprovincia.es

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