19 marzo 2008

La doble tragedia de morir ilegal


España.
Un uruguayo de 26 años se ahogó en una playa de Islas Canarias. La familia tuvo dificultades para recuperar y repatriar los restos debido a que no están en situación regular

ALEJANDRO MENDIETA
El caso de un joven uruguayo que se ahogó en una playa española en Palma de Gran Canarias el miércoles 5 de marzo dejó al descubierto las complicaciones administrativas que colaboran a hacer más desgraciada una tragedia para los ilegales.

La imposibilidad de realizar simples trámites como la recuperación del cuerpo de un familiar directo por no tener reconocimiento legal en el país que viven, y los altos costos que este proceso conlleva, fueron experimentados por los familiares de Ildemar Julio Fontes Ximénez, de 26 años.
El miércoles 5 de marzo, se tiró con un bodyboard a surfear en la playa de Ojos de Garza junto a su cuñado, Camilo, y un conocido. A las cuatro de la tarde quiso salir del mar, que estaba picado, y no pudo. Una ola lo arrastró. Camilo se tiró dos veces a ayudarlo pero no pudo alcanzarlo según versiones periodísticas de los medios de la isla.

El cuerpo de Julio, como era conocido, fue hallado el lunes 10. Avistado a 50 metros de la costa, fue izado con un helicóptero (ver nota aparte). La familia del joven uruguayo no podía acceder al cuerpo por su condición de ilegales y por no tener el dinero para pagar los 2.800 euros (más de U$S 4.000) que cuesta incinerar el cuerpo y repatriar los restos a Uruguay.

La cónsul honoraria en Las Palmas, María del Carmen Semenuc, dijo a El País que "estar en situación ilegal es un problema que agrava todas las cosas".

La diplomática explicó que siempre que se trate de algún tipo de trámite oficial que deba ser firmado ante una administración española, quienes son irregulares están prácticamente impedidos de hacerlo.

"Excepto algunos casos donde está remarcado un derecho universal como la asistencia sanitaria independientemente de la condición de la persona", agregó. La mayoría de los trámites están impedidos para los ilegales: solicitar un crédito, realizar una operación de compraventa, cotizar el trabajo que desempeña, acceder a una libreta de conducir, o casarse.

El consulado actúa como intermediario entre la persona y el Estado español. "Cuando una persona inicia la solicitud de regularización, le van a pedir varios trámites que deben ser requeridos a Uruguay y otros que los entrega el consulado directamente. En esos casos llegamos a actuar como intermediarios", dijo Semenuc.

CASO. En la muerte de Fontes, la familia tuvo que recurrir a Semenuc para que con su firma se pudieran comenzar los trámites correspondientes. Así le fue explicado a la familia de Fontes desde el Ayuntamiento de esa localidad española.

La madre del joven ahogado, Julia Giménez, relató entre llantos a El País que habían pasado tres días y seguía sin poder ver a su hijo ya que "Semenuc no firma los papeles correspondientes". "Hemos tenido gran ayuda de las autoridades españolas pero desde este consulado no se nos ayuda a cerrar el tema", dijo. La cónsul explicó que la situación no era tan sencilla como explicaba la madre del joven fallecido. La diplomática uruguaya dijo haber sido objeto de "gravísimas" agresiones verbales de la familia pero reconoció que es comprensible por la situación que estaban pasando. "La señora no entiende que los procedimientos son los que son y que no se puede ir y sacar el cuerpo así como así", afirmó.

Dijo que a raíz de la "absoluta insolvencia y precariedad económica" de la familia para enfrentar los gastos de la funeraria y posterior incineración, a lo que se agrega su condición de ilegales, el tema no era de fácil solución. "El Ayuntamiento no cubre el gasto de incineración y donde ellos viven tienen contratado un servicio de funeraria que no tiene instalaciones crematorias, por lo que debe hacerlo una empresa particular. Y ese costo no está incluido en el presupuesto del Ayuntamiento de la ciudad", agregó.

Sin embargo, Semenuc se comunicó con un trabajador social de la Concejalía de Servicios Sociales durante dos días para ver cómo se podía arreglar este problema. El Ayuntamiento podía hacerse cargo de los gastos de funeraria.

El trabajador social fue a la casa de la familia uruguaya para constatar su situación económica. Realizó una inspección ocular y habló con los vecinos. El hombre cerró su informe aceptando que la familia no podía cubrir los gastos.

"Con ese visto bueno y habiendo pedido el informe, redacté una carta solicitando que el Ayuntamiento cubra los costos de la incineración para poder trasladar sus restos a Uruguay", explicó Semenuc.

SOLUCIÓN. El miércoles 12 ya se tenía una respuesta afirmativa del Ayuntamiento. Ayudó también que la diplomática uruguaya le pidiera a un amigo que trabaja en el edificio gubernamental que agilizara los trámites para la gestión de una partida monetaria por fuera del presupuesto y cubrir los gastos antes mencionados.

Semenuc dijo que la concejal de esa ciudad dio la orden que se pague por fuera del presupuesto a una empresa particular, la reducción de Julio Fuentes Ximénez, que se realizó el jueves 13. Su madre afirmó que se siente mejor ya que se logró llegar a un punto final. "Ahora voy a poder descansar", dijo.

Un tipo muy querido por cientos de amigos online

Chatear y navegar por Internet. Ese era uno de los pasatiempos de Julio Fontes Ximénez. Su madre contó que pasaba largas horas frente a la computadora, aprovechando el acceso ADSL que su familia tiene en España. "Tenía contactos de todos lados, eran más de 700", dijo Julia Ximénez a El País. La desaparición del joven uruguayo fue noticia durante varios días en los medios locales de Canarias. Cada nota estaba acompañada por decenas de mensajes de amigos de Julio que rezaban porque apareciera con vida o que los datos que manejaban los diarios canarios estuviesen equivocados y fuese otra la persona desaparecida, como escribió Ulises Ramírez, el siete de marzo: "Yo no pierdo las esperanzas de que esté vivo, espero que todo esto sólo sea un gran error de datos y no se trate de él, o que sea una broma de muy mala y del peor gusto o, en el peor de los casos, que él esté por algún lugar a salvo, con algunos raspones y moretones, pero vivo". Los comentarios llegaron desde Argentina, Chile, Uruguay y varios países más.

Cuando se conoció el fatal desenlace, los mensajes se llenaron de dolor y tristeza que genera la pérdida de un ser querido, aunque haya sido conocido por muchos sólo a través de un monitor. Sus amigos virtuales lo describen como una "gran persona" y un "gran amigo", que siempre apoyó a sus conocidos en diversas circunstancias de sus vidas. Inclusive hubo comentarios de personas que si bien no lo conocieron, sí conocían a amigos de él de la ciudad de Minas (Lavalleja), donde nació. Allí será sepultado.

"No sos nadie"

La familia del joven vive en España hace 3 años. Ildemar había llegado hace un año y trabajaba en changas (chapuzas), explicó su madre. "Siguen las interrogantes. No sabemos por qué se metió al agua en una playa que tenía bandera roja. Pero no queremos averiguar más, queremos descansar". Advirtió a los uruguayos que no emigren ya que vivir en la situación de ellos es "ser directamente nada. No te da para nada y no sos nadie", finalizó.

Búsqueda de cinco días por aire y mar

Fueron cinco días de desesperación. Entre el miércoles 5, cuando desapareció Julio y el lunes 10 en que se recuperó el cuerpo en la misma playa de Ojos de Garza, una bahía en la localidad de Telde. El domingo 9 de marzo, Julio hubiera cumplido 27 años.

En las tareas de búsqueda, participaron miembros del Geas de la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Protección Civil, Cruz Roja y el GES.

Se enviaron helicópteros, una embarcación de Salvamento Marítimo, Protección Civil, Cruz Roja y los submarinistas de la Guardia Civil, así como efectivos por tierra de la Policía Local de Telde.

A medida que pasaban los días, la madre pedía más colaboración -el mar estaba picado y la búsqueda era compleja-. "Es cierto que el helicóptero trabaja bien y los chicos de la Cruz Roja no pueden hacer más, pero los buzos de la Guardia Civil sólo se meten de 15 a 20 minutos cada día, equipados con todo su material y salen enseguida", relató la madre a los medios.

"A mí me han llegado a decir que no van a arriesgar a sus hombres porque el mar está muy mal. Pero hay chicos voluntarios del pueblo que se sumergen más de una hora, a pulmón, intentando encontrar a Julio", dijo.

El helicóptero recuperó el cuerpo sin vida del joven desaparecido al mediodía del lunes 10. El cuerpo fue trasladado a la citada playa, en el municipio de Telde, donde se hizo cargo de las diligencias la Guardia Civil.

El padre de Julio Fontes, funcionario de Cárceles en el departamento de Lavalleja, obtuvo licencia especial para recibir los restos de su hijo.

Fuente: elpais.com.uy

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