20 octubre 2007

Elhadij Diouf, el puntal de Dakar


Un niño de los cayucos, el senegalés Elhadij Diouf, se ha convertido en el primer extranjero en una selección de lucha canaria. Los entrenadores del juvenil de Tenerife lo han elegido entre los 14 que irán al Pancho Camurria. Todos están encantados con el puntal de Dakar.

DANIEL MILLET / SANTA CRUZ DE TENERIFE. Elhadij Diouf acaba en tres bocados una torta de almendra. Pero él dice que lo que más le gusta son las papas bravas y los bocadillos de pollo. "Vamos puntal, mándate algo", bromea un compañero recién salido de la ducha. Acaba de entrenarse con normalidad en el pequeño terrero de Guamasa y todos sus colegas de equipo lo tratan como uno más.

Pero lo que Elhadij Diouf no sabe es que acaba de pasar a la historia al convertirse en el primer extranjero convocado por una selección de lucha canaria, en este caso el combinado juvenil de Tenerife.

Ni es consciente de este hecho ni tampoco ha tenido tiempo de asimilar el vuelco que ha dado su vida. En sólo un año, Elhadij ha pasado de ser un menor senegalés llegado al Archipiélago de forma clandestina en cayuco a disfrutar de un privilegio que pocos tienen al alcance en la cantera de la lucha tinerfeña.

Ha mejorado mucho su español, ha dejado el centro de acogida para menores inmigrantes de Tegueste y comparte piso en esta localidad con otro senegalés del equipo de lucha en el que él comenzó sus pasos, el Cimex Tegueste.

"Es un chico muy amable y comunicativo. Se ríe bastante y lo tratamos como a cualquier otro", dice su colega de selección Giovani Gómez, juvenil del Arguama. Fabián Rocha, otro seleccionado de Llano del Moro, apunta que "aprende rapidísimo y tiene futuro por su fuerza y agilidad" y David Delgado, con el que milita en el Tegueste, añade que "da gusto verlo entrenarse con tantas ganas e ilusión".

El seleccionador juvenil, Juan de la Rosa, que durante el entrenamiento del miércoles en Guamasa confirmaba que estará entre los 14 elegidos para el torneo Pancho Camurria del próximo mes, no dudaba en dedicarle halagos. Elhadij, pese a no tener la corpulencia de un puntal (1,80 de estatura y 76 kilos de peso), presenta un estilo que ha llamado mucho la atención de sus preparadores.

Este joven de 18 años no había oído hablar jamás de la lucha canaria. Ni siquiera tenía idea de cómo era el Archipiélago. Su padre, que pesca en cayuco en Dakar, la capital de Senegal donde él nació y vive toda la familia, había practicado la lucha de este país vecino. Pero no se parece a la canaria.Sin embargo, a Elhadij Diouf le encanta esta disciplina. "La gente es muy buena conmigo. Me ayudan mucho. Quiero ser luchador. Hay contacto, fuerza y...", "nobleza", le apunta otro juvenil.

Todos, directivos, entrenadores y luchadores se han dado cuenta con Elhadij que conocer a un chico como él cambia totalmente la percepción sobre la inmigración. Su compostura ha bastado para derribar prejuicios y rechazos absurdos. "Es una persona como otra cualquiera. Estamos encantados con él", dice De la Rosa, que le ofrece otro dulce. Él lo acepta, pero prefiere las papas bravas.

EL PRIMER DINERO. Diouf llegó a La Gomera hace un año en un cayuco. "Estuve siete días. Fue muy duro", relata. Precisa que no iban tan apretados y que su familia no está tan mal como otras en Senegal, un país destruido por la corrupción. Había trabajado ya de niño en la carpintería y quería una vida parecida a la que veía por televisión. Fue llevado al centro de acogida de Tegueste.

Un día, hace unos 9 meses, sus tutores lo llevaron a él y a otros niños de los cayucos al campo de lucha. Lo retaron, salió a la arena y ya desde ahí los entrenadores del Cimex Tegueste Ono lo tuvieron claro: este chico tiene madera. Otro senegalés, Mamadou, también fue fichado. Ahora que ya tiene 18 años, trabaja en varias carpinterías en la Isla y convive con otros cuatro senegaleses en un piso de esta localidad. El miércoles, Elhadij estaba contento. Había podido hacer el primer envío de dinero a su familia en Dakar. Les mandó 60 euros.

Fuente: laprovincia.es

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