30 enero 2007

Uruguay está de luto

Ayer a los 90 años dejó de existir José D'Elia, una de esas figuras consulares de nuestra historia contemporánea que fue, además, un indiscutible referente ético que siempre se deberá tener en cuenta.
Había nacido en Treinta y Tres el 21 de junio de 1916, participando desde muy joven en diversas organizaciones sindicales, encabezándolas en las luchas reivindicativas que las mismas protagonizaron.
También tuvo un activa participación militante a favor de la República española y contra el nazismo, ocupando en 1942 la pro-secretaría de la recién creada UGT, en representación de la Federación de Empleados del Comercio y la Industria (Fueci).
Entre 1966 y 1993 presidió la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), central obrera denominada Pit-Cnt tras la dictadura, durante la cual D'Elia siguió actuando de manera clandestina. Desde 1993 ocupó la presidencia honoraria de la central obrera.
En 1984 fue candidato a la vicepresidencia de la República por el Frente Amplio en la fórmula encabezada por el doctor Juan José Crottogini. Además participó en varios congresos internacionales, entre los cuales se destaca el constitutivo de la Federación Sindical Mundial, que se realizara en París en 1945.
Entre 2000 y 2003 integró la Comisión para la Paz, creada para investigar el paradero de los detenidos desaparecidos durante la dictadura militar, en representación de la central sindical.
En febrero de 2005 la Universidad de la República lo nombró Doctor Honoris Causa.
Hasta aquí la fría letra de una biografía reseñada de manera casi telegráfica, porque D'Elia fue todo eso y mucho más que todo lo que representó por los cargos que ocupó.
Fue un hombre de bien, un dirigente sindical preocupado día a día por el destino de los uruguayos, duro con los enemigos de los trabajadores pero comprensivo y solidario con quienes, en la lucha diaria, trataban de llevar adelante sus reivindicaciones a través de sus organizaciones clasistas.
Pepe, como le decían sus amigos, fue un hombre excepcional, repleto de humanidad, solidario como pocos y permanente luchador en la causa de los pueblos. De vida austera, supo mantener siempre en alto la línea de la verdad y la justicia, por lo cual su candidatura a la Comisión para la Paz en representación de la central obrera fue indiscutible.
Ayer nos dejó un hombre íntegro, un gran hombre.
Quizá, como quería el Che, un ejemplo de hombre nuevo. *
Fuente:
larepublica.com.uy

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ante el fallecimiento de JOSE ”PEPE” D” ELIA .
29/01/2007
REFERENTE UNIFICADOR DEL SINDICALISMO URUGUAYO
PRESIDENTE HONORARIO DEL PIT.CNT


Sindicalista y político uruguayo. Nació el 21 de junio de 1916 en en la primera sección del Departamento de Treinta y Tres. Su padre, Germán D’Elía, fue un coronel del Ejército vinculado al riverismo, sector conservador del Partido Colorado liderado por Pedro Manini Ríos. Su madre, Elisa Correa, hija de un hacendado brasileño establecido en Rocha, era fervientemente católica y siempre se manifestó preocupada por la cuestión social. Leía regularmente el periódico El Amigo del Obrero que recibía de Montevideo. "Pepe" D’Elía fue el sexto de diez hermanos.
Trasladada la familia a Montevideo, fue compañero de Tola Invernizzi en la escuela del Cordón, donde hoy está la sede de Casa de Galicia.
Participó desde muy joven en movimientos gremiales y estudiantiles, llegando a cargos directivos. Tuvo activa militancia a favor de la República Española y contra el nazismo. En 1942 ocupó la pro-secretaría de la recién creada Unión General de Trabajadores (UGT) en representación de la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y la Industria (FUECI).
Fue representante de los trabajadores en el Consejo Central de Asignaciones Familiares y participó en varios congresos internacionales, entre los cuales el constitutivo de la Federación Sindical Mundial (París, 1945).
En 1934 adhirió al Partido Socialista, al que ya pertenecían sus hermanos Héctor, Efraín y Germán. En los años siguientes participó activamente en la lucha contra el fascismo y en las actividades de solidaridad con los republicanos españoles nucleados en la organización Jóvenes Amigos de la España Leal.
A fines de la década del 30 se suceden dos hechos trascendentes en la vida del joven D’Elía: trabajo y noviazgo. Se desempeña como cobrador de la Casa Rim, de ropa para hombres, e inicia su noviazgo con Delma. Se casaron en julio de 1941 y tuvieron dos hijas: Elisa y Lídice. Hoy la familia incluye a dos yernos y varios nietos y bisnietos.
Ni bien empieza a trabajar, D’Elía se vincula a la actividad sindical. Se afilia a la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio (FUECI) y participa en marzo de 1942 en el congreso constituyente de la Unión General de Trabajadores (UGT), celebrado en las instalaciones del SODRE. Resultó electo para integrar la directiva, igual que Enrique Rodríguez, un comunista del gremio del calzado que fue designado secretario general.
En el período comprendido entre 1964 y 1966 fue protagonista fundamental de la última fase de la unificación del movimiento sindical uruguayo, que finalizó con la creación de la Convención Nacional de Trabajadores CNT, del que D'Elía fue dirigente (reorganizándose en 1983 como PIT-CNT a pesar de la dictadura).
El proceso de unificación sindical continuó, con D’Elía a la cabeza, junto a Gerardo Cuesta, Enrique Pastorino, Gerardo Gatti, Héctor Rodríguez, Wladimir Turiansky, Ignacio Huguet, Jorgelina Martínez, Luis Muñoz, León Duarte y decenas de activistas por una central única, reuniendo las diferentes corrientes (anarquistas, socialistas, social-cristianas, comunistas), con un programa común, popular y antimperialista.
El proceso retomó impulso y en setiembre de 1964 se reúnen en el Platense Patín Club las organizaciones más representativas del movimiento sindical y aprueban la creación de un organismo coordinador: la Convención Nacional de Trabajadores.
En agosto de 1965 se realiza el Congreso del Pueblo; en enero una Asamblea Nacional de Sindicatos y en setiembre comienza el Congreso de Unificación Sindical, que transforma a la CNT en una central única, aprueba sus estatutos, la declaración de principios y la plataforma reivindicativa. D’Elía fue designado presidente de la CNT y este nombramiento fue ratificado en los congresos posteriores.
Durante la dictadura militar, D´Elía fue proscripto y perseguido y detenido, militó clandestinamente.
El 27 de junio de 1973 hay golpe de Estado en Uruguay. El secretariado ejecutivo de la CNT, presidido por D’Elía, se reúne esa misma noche en el local de la Federación del Vidrio -Laureles y Tellier, en La Teja- y responde, como se había previsto, con la huelga general y la ocupación de los lugares de trabajo. Durante 15 días la sociedad uruguaya se ve conmovida por la acción de la central obrera, que asume el liderazgo de la lucha por la defensa de las libertades y la resistencia a la dictadura. En la misma tarde del 27 de junio el nuevo ministro del Interior, coronel Néstor Bolentini, procuró negociar el levantamiento de la huelga general y mantuvo dos reuniones con una delegación de la CNT integrada por D’Elía, Gerardo Cuesta e Ignacio Huguet. Cuenta D’Elía: "Nosotros habíamos pedido una serie de reivindicaciones de orden económico, de orden social, pero por encima de todas las cosas, nosotros decíamos que si no había libertades públicas no levantaríamos la huelga". Frente a la imposibilidad de acordar con la CNT el levantamiento de la huelga general, la dictadura cívico-militar, encabezada por Juan María Bordaberry, decreta la ilegalidad de la central obrera, dispone la incautación de sus bienes y la detención de sus dirigentes, comenzando por su presidente D’Elía. Serían sometidos a la justicia penal acusados de los delitos de "rebelión", "sedición", "asonada", "instigación pública a delinquir" y de "desobedecer las leyes", "promover el odio de clases y el desacato".
D’Elía permaneció en Uruguay, vigilado y limitado en sus desplazamientos. Mantuvo reuniones para promover la reconstrucción del movimiento sindical clasista y enfrentar los intentos de sectores del gobierno y de centrales como la CUT, la CGTU y CATUD de impulsar un sindicalismo amarillo alternativo al desarrollado por los gremios de la ilegalizada CNT. Los intentos del amarillismo no prosperaron y, en vísperas del Primero de Mayo de 1983, se constituye el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) que asumió la orientación de la lucha en el tramo final de la dictadura junto a otras organizaciones, como ASCCEP y FUCVAM. Con la apertura democrática y al cabo de varias ásperas discusiones se constituye el PIT-CNT como expresión de la unidad y el carácter clasista del movimiento sindical uruguayo.
En 1984, en las primeras elecciones tras el régimen militar, fue candidato a Vicepresidente de la República por el Frente Amplio, acompañando a Juan José Crottogini.
En 1993 renunció a la Secretaría del PIT-CNT, siendo designado su Presidente honorario.
Entre 2000 y 2003 integró la Comisión para la Paz, creada para investigar el paradero de los detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar, en representación de la central sindical.
Entre 2000 y 2003 integró la Comisión para la Paz, creada para investigar el paradero de los detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar, en representación de la central sindical.
En febrero de 2005 la Universidad de la República lo nombró Doctor honoris causa. La distinción se justifica por los enormes aportes de José D’Elía a nuestra sociedad dado que, si bien su trabajo estuvo dedicado a construir nuestro movimiento sindical, su significación se extendió mucho más allá y lo condujo a participar en acontecimientos de orden político nacional en momentos cruciales de nuestra historia.
Con una trayectoria tan destacada, llevó a que en noviembre del año pasado el rector de la Universidad de la República, Rafael Guarga, pusiera a consideración de los integrantes del Consejo Central universitario la propuesta de otorgarle el título de Doctor Honoris Causa. La respuesta afirmativa fue unánime, no solamente entre los decanos y los consejos de cada facultad, sino también en todos los órdenes que integran estos cuerpos. Fue así que se resolvió que la entrega del título de doctor honoris causa se efectuará el 18 de febrero de 2005 en el Paraninfo.
En su mensaje de agradecimiento, el histórico dirigente instó a la conducción sindical a "ir más allá de los problemas económicos exclusivamente, para tomar los estructurales, que son la esencia de los problemas de Uruguay y de América Latina".
D’Elía fue hasta sus últimos días el referente, el hombre de consulta y, por encima de todo, el garante de la unidad en la diversidad de las tendencias que actúan en el PIT-CNT. A lo largo de su extensa militancia gremial participó como conductor en las principales instancias que culminaron con la unidad de los sindicatos, pero también actuó como un interlocutor ineludible en muchos de los acontecimientos políticos que marcaron más de 60 años de nuestra historia.
Una idea de los años que hace que Pepe D’Elía está en los primeros planos sindicales puede darla el hecho de haber sido negociador en representación de los trabajadores ante el Consejo de Gobierno en los años 50. A partir de allí fue uno de los interlocutores del movimiento sindical ante los sucesivos gobiernos, atravesó reformas constitucionales y cruzó el largo paréntesis de la dictadura. Por supuesto que también estuvo en la respuesta al golpe de Estado de 1973, en la conducción de la huelga general que lo enfrentó y -transcurrido el tiempo y la lucha del pueblo uruguay en el restablecimiento de la democracia. Este fue un proceso con el cual se comprometió y una lucha que también lo tuvo en primera fila.
Recuperada la legalidad constitucional Pepe D’Elía participó como referente en la reconstitución del movimiento sindical, un proceso que implicaba por un lado recobrar la herencia histórica que la CNT simbolizaba, y por otro incorporar la rica experiencia sindical durante la dictadura y el caudal de nuevos dirigentes forjados en el PIT en las más duras luchas. Y fue la acción del Pepe -junto a un gran grupo de dirigentes que pusieron en primer término el valor central de la unidad- la que desembocó en la constitución del PIT-CNT, una experiencia sindical unitaria que es un verdadero laboratorio para el mundo.
La dedicación de Pepe D’Elía a la militancia fue destacable y mientras sus fuerzas se lo permitieron se mantuvo en la primera fila de lucha. Posteriormente, con la unidad de los trabajadores uruguayos ya transformada en un dato de la realidad, el Pepe, apoyado en este capital que él mismo había ayudado decisivamente a consolidar, continuó colaborando como presidente honorario, hombre de consulta, componedor y zurcidor.

SE FUE UNO DE LOS IMPRECINDIBLES A LOS QUE ALUDIA BERTOLD BRECHT

PITINGO CHICO//LANZAROTE

el gato utópico dijo...

Me cuentan que sobre 18 de Julio, un pasacalle que atravesaba la avenida de lado a lado, decía “Hasta siempre, Pepe. La Clase Obrera te saluda”.

Que haya paz Pepe.
Mi querido José Pepe D’Elía.
Compañero...
Hasta la victoria, siempre...