URUGUAYOS EN LANZAROTE

Le pidieron documentos en la calle y lo expulsaron

Un caso más de uruguayos destratados en España: le pidieron documentos en la calle y lo expulsaron

Enviado el Domingo, 28 de Enero del 2007 Tópico: Noticias

El gobierno español acaba de decretar la expulsión de un ciudadano uruguayo que fue detenido por la policía de Vigo, en un control de rutina cuando volvía del trabajo.La cancillería uruguaya, bien, gracias. l encontrar que se había vencido su tiempo de estadía legal en el país, la policía le inició los trámites de expulsión, por lo cual por un mínimo de tres años y un máximo de 10 no podrá ingresar ni a España ni a ningún país integrantes de la comunidad económica europea. Ayer, enterado de la noticia, el compatriota tuvo un pico de stress que lo llevó directo al hospital de Vigo y mientras se recupera, se apronta a resistir en territorio español, adónde se fue a forjar su futuro “voy a resistir, pero es increíble que nuestro gobierno no tenga un servicio de apoyo legal para los uruguayos que nos encontramos en esta situación” dijo.La historia del desprecio con que el gobierno español trata a los uruguayos que llegan a la tierra ibérica buscando trabajo y una vida nueva, no tiene la misma correspondencia que nuestros antecesores recibieron a los españoles que huyeron de las guerras y de la hambruna que azotaron Europa en la primera mitad del siglo pasado. EL ECO pudo acceder al documento de expulsión dictado por la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra que fue notificada al compatriota Marcelo Javier Britos Cabrera el pasado 22 de enero en la comisaría de Vigo, España. En dos carillas fechadas el 28 de diciembre pasado señala que “esta Subdelegación del Gobierno de Pontevedra, en base a las consideraciones hechas ha resuelto expulsar por un período de 3 años al ciudadano de Uruguay don Marcelo Javier Britos Cabrera” y se informa al interesado que la prohibición de entrada que se establece como consecuencia de la medida de expulsión “se extiende no sólo al territorio español, sino también a los territorios de Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal y Suecia” en virtud de lo previsto en el artículo 96 del Convenio de Aplicación del Acuerdo de Schengen. Asimismo el decreto de expulsión establece que dicha expulsión “conllevará en todo caso, la extinción de cualquier procedimiento que tuviera por objeto la autorización para residir o trabajar en España del extranjero expulsado”.Marcelo Javier Britos Cabrera es uruguayo de 33 años, trabajaba como marinero cuando en 2004, acosado por deudas y poca perspectiva de futuro, siguió a España a dos gallegos que le prometieron en su país el progreso que en Uruguay le resultaba esquivo. Se terminó su permanencia legal en el país sin que pudiera concretar un acuerdo de trabajo “justo endurecieron las leyes de inmigración y no pude conseguir un buen trabajo, los gallegos amigos se portaron muy bien y me ayudaron, pero no podían hacer nada más, así que comencé a hacer changas, lo que saliera y así fui sobreviviendo porque no quería volver a Uruguay” contó a EL ECO en una extensa conversación telefónica desde Vigo, su ciudad adoptiva. Todo iba con viento a favor, y aunque no tenía papeles de residencia las changas le daban para ir tirando en el apartamento compartido con otro uruguayo que, con sus papeles en regla, también le dio una mano. Sin embargo un día tuvo mala suerte y a la vuelta de una changa lo paró la policía en un control de rutina “fue el 20 de noviembre cuando me paró la policía, me pidió papeles y lo único que tenía era el pasaporte, me detuvieron y después de iniciarme los trámites de expulsión”. Marcelo sintió que las puertas de España se cerraban para él y pese a que lo atendieron bien en la embajada uruguaya en Madrid “no me resolvieron nada, como no tengo abogado ni nada el proceso siguió adelante. Viví estos meses con incertidumbre y ahora que me notificaron de la expulsión no sé que hacer” aunque tiene claro que “voy a resistir, tengo derecho a buscar una vida mejor. Tuve internado por un pico de estrés, tengo los nervios a flor de piel pero no bajo los brazos” dijo a este cronista mientras se quejaba de que él y otros compatriotas tuvieran que pasar estas vicisitudes en España “Los gobernantes uruguayos, el canciller, prometió ayuda para los uruguayos pero acá no hay nada. Al cónsul le mandé todo por fax, me trató muy bien pero nada más, y acá si no tenés dinero para pagar un abogado estás jodido” y señaló que mañana (por hoy) “voy a entrevistarme con un abogado de Caritas, que es una organización humanitaria” para que lo ayuden a recusar el fallo, que al final establece que si bien esta resolución “pone fin a la vía administrativa” cabe contra ella “interponer potestativamente recurso de reposición ante este Organismo en el plazo de un mes a contar desde el día siguiente al de la notificación de la presente resolución” o de lo contrario “puede interponer recurso contencioso-adminitrativo ante el juzgado de Pontevedra, con dos meses de plazo desde la notificación de expulsión “yo la voy a seguir peleando” remarcó desde una cabina telefónica de Vigo. Fin.

Fuente: elecosemanario.com.uy

Comentario: A comienzos de este año desde este blog denunciabamos este caso, junto con otro de Tenerife.Por desgracia los casos suman y siguen, mientras tanto la cancilleria, "bien gracias".Que bien funciona la Cancilleria, cuando es para defender el imperio de las grandes empresas y aparecer en fotitos tomando Champagne son superdiligentes, para todo lo demás existe M......CARD.

José