18 diciembre 2008


El FSOC y las Asociaciones de inmigrantes en Lanzarote reivindican los derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes



El 18 de diciembre fue proclamado por las Naciones Unidas como el Día Internacional de los migrantes.

Bajo el lema “Tenemos derecho a tener derechos” y “Ninguna persona es ilegal”, el Sindicato Obrero Canario (FSOC) y el Foro Intercultural de Lanzarote participaron hoy en la Calle Real de Arrecife en una jornada reivindicativa por los derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes y sus familias.

En 1990 la Asamblea General de la ONU aprobó la Convención Internacional para la protección de los derechos de los Migrantes y sus familias. Desde ese momento, el objetivo de los sindicatos de clase, de ongs, asociaciones de inmigrantes y organizaciones pro-Derechos Humanos, ha consistido que los países europeos y otros estados receptores de trabajadores inmigrantes, como por ejemplo EE.UU., Canadá, Japón, Australia y otros, firmen y se comprometan con el texto de la Convención.

Desde el FSOC y el Foro Intercultural de Lanzarote aprovechamos este día para instar a todos y todas a reflexionar sobre esta situación y exigir al ejecutivo canario, el gobierno del Estado español y a los gobiernos europeos a que decidan valientemente a ratificar dicho texto.
Debemos de recordar la enorme contribución que hacen miles de personas migrantes en Canarias, muchos de ellos y ellas luchando codo a codo con los trabajadores y trabajadoras canarias por una sociedad más justa, participativa y democrática.

El sindicato de clase, FSOC, seguirá luchando junto a estos nuevos canarios, contra este fracasado modelo económico neoliberal que ha propiciado que más de 200 mil personas estén actualmente en el paro.

No olvidando que “Nativa o extranjera es la misma clase obrera”.





1 comentario:

david santos dijo...

Hola José! Hablas una realidad muy dura, pero es la vída que lo hombe no sube moderar.

Quería desearte una feliz navidad y que siendo amigos en el 2009!

Abrazos y no bajes los brazos nunca.