19 marzo 2008

“Agadir lo tiene todo, amigo”


Puestos de fruta y verdura en el mercado de Agadir. Foto: Adriel Perdomo


Agadir es la gran huerta marroquí. El anuncio de Naviera Armas de la apertura de una ruta entre Arrecife y la citada ciudad ya ha empezado a generar expectativas entre los consumidores y los importadores locales ante las posibilidades reales de traer fruta y verdura de calidad por la vía directa y a un precio menor. Pero los empresarios advierten de que no todo es Jauja.


GREGORIO CABRERA - ARRECIFE.
Amigo, en Agadir puedes encontrar de todo. Yo lo tengo todo". El puesto de Ahmed ocupa un buen lugar en el laberíntico mercado de la ciudad. El joven comerciante forma parte de una generación más que enlaza con una tradición milenaria de vendedores. Habla como un torrente mientras se mueve entre los vericuetos del colmado, entre montículos de especias de colores casi irreales, piedras del desierto y tarros de esencias. Es su parcela privada dentro del universo de aromas que envuelve al visitante cuando se adentra en el Agadir que se extiende a espaldas de la primera línea de los seis kilómetros de playa. Los efluvios de Agadir han empezado a llegar a Lanzarote tras el anuncio de Naviera Armas de la apertura de una línea marítima con el Puerto de Arrecife, la segunda que conectará a Canarias directamente con Marruecos junto a la de Tarfaya, que parte desde Puerto del Rosario (Fuerteventura).

Sin embargo, esta última ha tropezado con la dificultad de que es imposible descargar o transbordar mercancía. Al menos en teoría, la declaración de la terminal lanzaroteña como Recinto Aduanero Habilitado abre la puerta a la entrada de frutas, verduras y plantas desde Agadir, centro agrícola por excelencia de Marruecos.

Los alrededores de Agadir están salpicados de cooperativas agrícolas y el destino de su producción más allá de las fronteras de Marruecos se encuentra en manos de personas que cuentan con licencia de exportación expedida por el reino alauita. En realidad, la mayor parte de estas empresas pertenecen directa o indirectamente al gobierno, según explican desde la Cámara de Comercio de Lanzarote. El impulso cameral ha posibilitado que el empresariado lanzaroteño entre en contacto con estos agentes. La última visita organizada tuvo lugar entre el 7 y el 10 de diciembre pasado, cuando una delegación insular se desplazó a la Sifel, la feria agroalimentaria anual de Agadir.

Lo primero que se piensa cuando se habla de la posibilidad de traer cualquier producto desde Marruecos es en el abaratamiento de los costes, sobre todo en el caso de Lanzarote, donde la carestía de la cesta de la compra ya ha dado lugar a movilizaciones. Sin embargo, el responsable de la Comisión de Comercio de la Cámara, Ismael Villalba, matiza que el precio de las importaciones está regulado por las autoridades europeas. "Además", agrega, "el exportador no te va a vender a cualquier precio, sino que antes mira los precios en destino. Es lo mismo que hacíamos nosotros cuando mandábamos fuera la cebolla de Lanzarote, que la vendíamos donde más cara la pagaban".

Cuestión aparte es aquella que tiene que ver con las conexiones y con la calidad con la que llegarían los productos a Lanzarote. El consumidor lanzaroteño, a su pesar, se ha acostumbrado a recibir fruta y verdura de la Península al límite de su ciclo de vida en el mercado. Además, la Cámara ha verificado, a simple vista, que los camiones de las empresas que surten a los importadores canarios cargan directamente en Agadir para luego llevar la carta en camión hasta Tánger y de ahí cruzar el Estrecho hasta Cádiz o la Península, desde donde se reenvían al Archipiélago, en ocasiones varios días después. En cambio, el establecimiento de una ruta directa permite que alcancen Lanzarote en unas siete horas de travesía y en los fletes habría, siempre a priori, un mayor margen para el empresario que desde la Península.

Villalba, siempre de la mano de la prudencia, subraya que por ahora apenas si se puede hacer otra cosa que especulaciones sobre el futuro real que aguarda al eventual flujo de mercancías entre Marruecos y Canarias, aunque cree que no hay dudas sobre sus ventajas: "Se trata de una alternativa muy interesante, pero no es tan fácil y llevará su tiempo". En caso de que la carga comenzara a llegar algún día con regularidad se haría totalmente imprescindible reforzar los servicios de inspección para que no se produjera un tapón en el muelle.

Ahmed extrae de una saca la penúltima de sus maravillas, la biznaga, cuyos radios, dice, se utilizan como mondadientes. Llega el turno de un mineral transparente que, humedecido, produce espuma para afeitarse. Y luego un condimento "que vale para todo" y que es el resultado de la mezcla de 44 especias: "Ahmed lo tiene todo". Y sonríe.


Fuente: laprovincia.es

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