Miguel Enriquez nunca olvidó el ejemplo del Che
Jorge Luna
Santiago de Chile, 5 oct (PL) El revolucionario chileno Miguel Enríquez, muerto en combate con agentes de la dictadura de Augusto Pinochet, el 5 de octubre de 1974, nunca olvidó el ejemplo que dejó el Comandante Ernesto Che Guevara cuando cayó siete años antes en Bolivia.
Su ejemplo guiará nuestras acciones revolucionarias, juró Enríquez. Su muerte misma, luchando, nos ha señalado un rumbo, dando un ejemplo, que ninguno de nosotros podrá olvidar cuando llegue el momento.
Aparte de la cercana coincidencia de la fecha de su muerte –con una diferencia de siete años- existen otras similitudes, como el hecho de que ambos fueron también médicos.
Pero, sobretodo, los dos latinoamericanos asumieron a fondo la decisión de abrazar, como proyecto político y compromiso social para toda la vida, a la joven Revolución Cubana.
La revista Punto Final, al recordar a Miguel Enríquez, señaló que, poco después de la muerte del Che, el joven luchador fue elegido secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el cual legitimaba la lucha insurreccional para conquistar el poder.
El ministro de Educación del Presidente Salvador Allende, Edgardo Enríquez, padre de Miguel, recordó cómo sufrió su hijo al conocer la caída del Che en octubre de 1967.
"Se puso enfermo", reveló el también ex rector de la Universidad de Concepción en La Habana, al inaugurar el hospital capitalino que lleva el nombre de Miguel Enríquez.
Dijo que, pese al intenso sufrimiento, se recuperó de inmediato y organizó actos en homenaje al Che, recordando su vida ejemplar de revolucionario.
Su muerte, dijo Miguel en esos días, priva a la liberación americana y a los oprimidos del mundo entero, de las armas más eficaces y poderosas: la preclara inteligencia y la voluntad indomable del Che.
Y, agregó: Pero, aún después de muerto, el seguirá luchando con nosotros.
El padre del fundador del MIR recordó otra frase clave de su hijo: "Un día, no se cuándo, voy a caer. Mis huesos quedarán por ahí, tal vez blanqueándose al sol. Mi temor es no haber alcanzado a hacer cuanto he planeado".
El 5 de octubre de 1974, cercado por fuerzas muy superiores, resistió durante dos horas en su refugio de la calle Santa Fe 2705, de esta capital, herido en ambas piernas, mientras su compañera Carmen Castillo, embarazada, también recibió lesiones graves.
Según testimonios de la época, Miguel le hablaba a Carmen, tratando de reconfortarla, hasta que cayó fulminado por un balazo en la cabeza. Su cuerpo tenía diez heridas a bala.
Sólo unos pocos familiares fueron autorizados a asistir a su entierro, rodeado de extremas medidas de seguridad. Pese al dolor, su madre sentenció: "hijo mío, sigues vivo y seguirás viviendo para esperanza y felicidad de todos los pobres y oprimidos del mundo".
En estos días en que numerosas organizaciones sociales, integradas por chilenos de varias generaciones, rinden tributo al Che a lo largo de Chile, también recuerdan a miles de compatriotas que, como Miguel Enríquez, siguieron su ejemplo.
Fuente: prensa-latina.cu
Homenaje a Miguel Enríquez, caido por la libertad de Chile.
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