A PESAR DE LAS TRABAS, ESPAÑA OTORGO 900 VISAS DE TRABAJO A COMPATRIOTAS
Familia uruguaya fue elegida para habitar un pueblo español donde no hay niños
La esperanza para la escuela de Educación Primaria de Santo Domingo de Silos (Burgos) llegó de manos de una familia uruguaya residente en Fuerteventura. La familia de inmigrantes uruguayos, formada por Alfredo Navarro, Marcela Campos y sus cuatro hijos ha permitido que pudiera comenzar, a comienzos de esta semana, el curso escolar en la localidad silense.
El Ayuntamiento les otorgó una vivienda gratuita y un puesto de trabajo, informó el diario español ABC.
El Ayuntamiento les otorgó una vivienda gratuita y un puesto de trabajo, informó el diario español ABC.
Alfredo es pintor de profesión, pero en un comienzo trabajará en la construcción, mientras que Marcela es masajista e intentará crear una consulta. Hasta que eso ocurra, buscará un trabajo en el sector de la hostelería.
La oferta de casa y trabajo realizada por el Ayuntamiento de Santo Domingo de Silos a una familia con niños en edad escolar busca que el pueblo no se extinga y que la escuela no se cierre. Al centro de estudios asisten dos niños, pero el mínimo exigido para iniciar los cursos es de cuatro.
En primer lugar, fue elegida para "colonizar" el pueblo una numerosa familia de ecuatorianos, con seis niños pequeños. Luego de conseguir mejores condiciones laborales en Madrid, donde residían, los ecuatorianos renunciaron a la propuesta y la suerte recayó en la familia uruguaya.
Emeterio Martín, alcalde de Silos, manifestó su alegría porque la convocatoria fue "todo un éxito". La necesidad de escuela fue el motor de esta convocatoria, y a cada hijo le fue asignado un punto en la selección.
Martín instó a otros a seguir su ejemplo. "No hay que preocuparse solo de que la fiesta del patrón salga bonita; hay que conseguir que haya niños en los pueblos, que son los que nos dan la vida", señaló el alcalde.
En el año 2003, en Santo Domingo de Silos nacieron cinco niños, hecho que no ocurría desde hacía 25 años. La baja natalidad es un problema acuciante en España. No es la primera vez que se buscan soluciones de esta índole para lograr que el país pueda crecer.
Requisitos múltiples
Desde hace años, España es el destino preferido por los uruguayos, y otras comunidades del mundo, a la hora de decidir emigrar. A pesar de que los inmigrantes realizan tareas que los españoles no disfrutan hacer, el gobierno de Rodríguez Zapatero sigue negando el ingreso de extranjeros. Por otro lado, los españoles tampoco parecen considerar que, lentamente, se están transformando en una sociedad de gente vieja que necesitará, en el futuro, de los hijos de los inmigrantes para prolongarse.
A partir de mayo de este año, los uruguayos que quieran entrar a España por un período menor a noventa días tienen que cumplir con una serie de requisitos indispensables: pasaje con fecha de ida y de vuelta, seguro de viaje con asistencia médica con una cobertura mínima de 30.000 euros, comprobante de alojamiento o carta invitación solicitada en la comisaría de las distintas provincias de España y suficientes medios económicos para la estadía (más de 50 euros en promedio por día). Quien concurra por un período mayor deberá viajar con visa. A través de esta batería de requisitos para los turistas, se confirma la resistencia del Estado español al ingreso de inmigrantes ilegales.
La entrada de personas sin papeles al país es moneda corriente y, en todo caso, los uruguayos y los argentinos cuentan con ventajas. "Somos privilegiados porque nos vinculamos muy fácilmente con los españoles. Al ser de la misma etnia no tenemos diferencias físicas, y por lo tanto no generamos mucho rechazo", dijo Rita, una uruguaya que recientemente llegó de España.
Luego de vivir, en forma legal, durante cuatro años en la provincia de Burgos, pudo percibir que los latinoamericanos que generan mayor rechazo son los ecuatorianos, colombianos y bolivianos.
Y el rechazo se agudiza fundamentalmente frente a los moros (marroquíes y argelinos) y a los subsaharianos.
Rita considera que el rechazo está basado en el "miedo", la "desconfianza" y sobre todo en el "desconocimiento". Sin embargo, destacó que "cuando te conocen y ven que sos una persona con valores, rompen el prejuicio y se acaban los problemas: sos uno más". Al mismo tiempo, Rita reconoció que no todos los inmigrantes resultan "buena gente", puesto que al país "llega de todo".
A pesar de la aceptación y del reconocimiento, incluso de comerciantes que descubren mejores hábitos de trabajo en los latinoamericanos que en los españoles, el Estado continúa siendo firme en la postura de no admitir la inmigración. A través de actitudes sutiles o imponiendo barreras, establecen la diferencia. A modo de ejemplo, Rita llegó a España porque dos años antes emigró su marido. Cuando consiguió los papeles, luego de varios meses, ella viajó. Una vez instalada, tardó casi dos años en conseguir el permiso de residencia a través de su marido, pero éste no autoriza a trabajar.
Renovó el permiso en dos ocasiones.
A pesar de eso, hasta el 2012 no podría trabajar, y en caso de encontrar una empresa interesada en contratarla, la autorización necesaria demoraría de cuatro a seis meses. La autorización tampoco contemplaba la renovación de su título docente del Instituto de Profesores Artigas (IPA) para poder ejercer su profesión. Al igual que nuestro país, España es un país envejecido.
La entrevistada comentó que, frente a esa situación, a los españoles "no les va a quedar otra que tener que aceptar a los inmigrantes". puesto que son "los únicos que tienen muchos hijos", sin contar a "las culturas no integradas, como la de los gitanos o las personas sin instrucción". Un ejemplo claro de esta postura es el de Santo Domingo de Silos.
Fuente: larepublica.com.uy
Colaboración de Luis Fernández
































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