21 julio 2007

Tintín en el Congo
Por Mex Urtizberea
Para LA NACION
Por estos días el público inglés puede comprar en las librerías la reedición a todo color de la tira Tintín en el Congo , publicada por primera vez en 1930.
En ella, el autor no tuvo mejor idea que presentar a los nativos de esa región como si fueran monos, y con una forma de hablar que parecen tontos.
El año pasado, un grupo de maestros de un colegio de Londres no tuvo mejor idea que, en ocasión de un acto sobre el Descubrimiento de América, darles a dos chiquitos africanos los papeles de los dos monos que correteaban por el lugar cuando llegaron los conquistadores.
Muchos años antes, países muy civilizados como Francia, Inglaterra, Portugal, Bélgica, Alemania, Italia, no tuvieron mejor idea que repartirse Africa, arrasar con sus recursos y sus riquezas y explotar a su gusto a sus habitantes, pues necesitaban contar con un imperio colonial, con nuevos horizontes para su civilizado desarrollo económico.
Unos siglos aún más atrás, el hombre civilizado no tuvo mejor idea que convertir en esclavos a los habitantes del continente africano para llevarlos a América.
Los necesitaba para sostener el sistema de plantaciones que se había implementado aquí después de la (también) tan civilizada conquista de nuestro continente, y luego las siguientes generaciones de hombres civilizados continuaron explotando durante cientos de años el civilizado comercio de los esclavos africanos.
El mundo, a lo largo de la historia, no ha tenido mejor idea que permitir que hoy en el continente de Africa más de trescientos millones de africanos vivan con menos de un dólar diario, que treinta millones de niños africanos menores de cinco años sufran desnutrición, que cerca del cuarenta por ciento de la población africana no tenga acceso al agua potable y que cerca de dos millones de africanos mueran al año por causa del sida.
Desde hace años, una multitud viene denunciando desesperadamente la situación africana. Organizaciones no gubernamentales acercan su ayuda, artistas organizan recitales para recaudar fondos, miembros de la Iglesia Católica asisten a enfermos, pero, por lo demás, todo es silencio y olvido. Cada tanto, Africa vuelve a ser noticia porque una actriz famosa adopta allí a un huerfanito de color, o porque una modelo top declara que dentro de unos años le gustaría adoptar uno.
Por estos días, la Comisión para la Igualdad Racial, del Reino Unido, pide que se retire de la venta la reedición de la tira humorística Tintín en el Congo , del autor belga Georges Remi (más conocido por su seudónimo: Hergé), porque "pone de relieve groseros estereotipos raciales".
Agrega que el único lugar donde sería aceptable que este material se expusiera sería en un museo, junto a un gran cartel que dijera: "Disparate racista".
Es exactamente el mismo cartel que debería estar colgado sobre la historia de este mundo.
Fuente: lanacion.com.ar
Comentario: Tintín heroico y altruista como siempre, pero politicamente poco correcto.
José

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