24 abril 2007

Las voces

Por José R Uzal
uzal@msn.com

El vivir en esta sociedad, donde existe el derecho a la libertad de expresión, crea el deber de defendernos de las mentiras a media, los vituperios y los insultos que se emiten a diario en los medios de comunicación contra los inmigrantes hispanos.
Cualquier mequetrefe con acceso a un medio de comunicación sabe que la forma más rápida de obtener una audiencia, en los medios de comunicación masivos, es culpar a los hispanos de todos los problemas sociales y políticos que enfrentan a la nación. El costo del cuidado medico, los 47 millones de americanos sin seguro medico, la falta de seguridad nacional, la escasez de viviendas a bajo costo, el alto costo del combustible, el hacinamiento en las escuelas, la falta de empleo y hasta la guerra en Iraq son culpa nuestra de una forma u otra.
Los más estridentes comentaristas demandan hacerles la vida imposible a los hispanos para que nos veamos obligados a abandonar el país. Este tipo de retórica les garantiza un aumento instantáneo de audiencia y un lugar en el altar de los xenófobos. Los detractores de los inmigrantes hispanos, proceden de todas las vertientes políticas y de todos los segmentos de nuestra sociedad. Los hay liberares, conservadores, negros, judíos, blancos y hasta latinos. El quejarse de los inmigrantes es una industria que discrimina al producto pero no a sus empleados.
No se requiere estar al tanto del tema de la inmigración legal e ilegal, conocer la historia de inmigración en EE.UU., comprender el presente perfil demográfico de la nación; ni percibir el impacto económico de los inmigrantes. Para fomentar el odio solo tienen que usar la técnica de la verdad a medias y olvidarse de sus propios ancestros, el resto es fácil ya que la audiencia esta ansiosa de oír y leer opiniones negativas sobre los hispanos.
Si, es ilegal entrar a este país sin visa o quedarse después de vencida la visa. Pero los hispanos no son los únicos que cometen esas infracciones. Si, es contra la ley trabajar sin permiso de trabajo; pero el infractor es el patrón ambicioso que busca explorar la mano de obra, no el inmigrante. No, el permanecer ilegal en Estados Unidos no es un delito mayor (felonía para los espanglish parlantes) es solo un delito menor. No, los ilegales no les quitan trabajos a los ciudadanos; ellos hacen el trabajo que los ciudadanos no quieren hacer por el precio que los patronos quieren pagar. Si, todos nos beneficiamos de la mano de obra barata y es por eso que el Congreso y la Casa Blanca continúan en la ambivalencia de crear leyes o para expulsarnos o para explotarnos.
El principal problema con estos voceros del odio es que solo hablan contra los hispanos en general y los mexicanos en particular. No hay otros problemas con las leyes migratorias, ni hay indocumentados procedentes de otros países o que hablen otro idioma. Los voceros del odio tienen el derecho de discutir y criticar al gobierno por la situación migratoria pero no tienen el derecho de achacarles todos los problemas migratorios a los hispanos y no tienen derecho enriquecerse culpando a las victimas.
En el ámbito nacional están Lou Dobbs, Bill O’Reilly, Michael Savage, la Dra. Laura. En casi todas las regiones de la nación hay otros cientos que utilizan a los hispanos para aumentar sus audiencias fomentando el odio y la repulsión contra nosotros. Todos estos hipócritas merecen nuestro total repudio. Digo hipócritas porque no hay que buscar mucho para encontrar un inmigrante que fue rechazado cuando llego a estas tierras, en el pasado de todos y cada uno de ellos. No vale la pena boicotear a los anunciantes en sus programas, pero si podemos mover el dial a otra emisora. Los hispanos, legales e ilegales, no somos un bloque político; pero somos un poderoso bloque económico con un poder adquisitivo de mas de un Trillón de dólares. No debemos usar nuestro poder económico y patrocinar a los que nos usan y nos abusan.

José R. Uzal (uzal@msn.com) escribe para el Latino Semanal., en West Palm Beach FL, sobre temas de interés para los hispanos parlantes.

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