07 enero 2007


DENUNCIAN EN LA REPUBLICA DESTRATO DE URUGUAYOS EN ESPAÑA


Detenida 20 horas con sus dos hijas en un cubículo del aeropuerto de Tenerife


Fue a encontrarse con su marido en España, donde planificaban comenzar una nueva vida, pero todo terminó en una pesadilla de la que hoy, ya en Uruguay, nos habla.
GABRIEL MONTEAGUDO - COLONIA


Aeropuerto Reina Sofía, Tenerife Sur, en donde Natalia vivió su odisea junto a otros uruguayos.
stuvo veinte horas detenida en el aeropuerto de Tenerife en una pequeña habitación, con sus hijas de cinco meses y seis años, respectivamente, junto a un grupo de 20 personas, entre uruguayos y argentinos. No pudieron deportarla y la dejaron ir. Buscaron a su marido, quien llevaba cuatro meses en el país, y luego de pasar varios días detenidos y de extensos trámites judiciales y de malas artes en la tramitación, lograron deportarlo. Ahí le dijeron: "Ahora te podés quedar todo lo que quieras y comenzar una nueva vida si querés". Natalia terminó sola, atrincherada en el aeropuerto durante tres días, hasta que fue rescatada por los uruguayos de la asociación en Tenerife. Pasó Navidad en un hotel junto a sus dos hijas y finalmente le consiguieron pasaje el 29 de diciembre. El 30, casi un mes después, estaba de regreso en Montevideo. "Es inhumano lo que nos hacen", dijo Natalia a LA REPUBLICA.
El cónsul uruguayo en Tenerife, mientras tanto, estaba de vacaciones y junta quejas de muchos uruguayos que padecieron su indiferencia.
Sin casa, sin muebles, sin trabajo, Natalia González Nieto, de 24 años, nos cuenta el maltrato dado por los españoles de Migración y lo que tuvo que pasar junto a sus hijas, Agustina de 6 años y Araceli de 5 meses.

Testimonio de Natalia y su esposo
"Me siento mal, cómo querés que me sienta. Estaba con todas las expectativas de quedarme allá y todo nos salió mal", fue lo primero que nos dijo, luego de que conociéramos su caso por boca de los uruguayos que están en España y que están preocupados porque el gobierno uruguayo no logra que los inmigrantes uruguayos sean tratados con respeto en España.
Natalia tiene 24 años y Manuel, su marido, tiene 37. El se fue primero hace cuatro meses a España, buscando una vida mejor. Acá trabajaba en un taller mecánico y se fue buscando un futuro para todos, "trabajó 15 años y no veía mejora", cuenta Natalia. Manuel se fue siguiendo al hermano que ya estaba radicado en la "madre patria". "Llegué a Tenerife el 29 de noviembre a encontrarme con mi esposo, con una carta de invitación con un pasaje por un mes. Me detuvieron junto a otros que llevaban carta invitación y dinero. Ese día mandaron para atrás a 25 personas, todas argentinas y uruguayas. Yo preguntaba a los que estuvieron detenidos conmigo y todos traían carta invitación y dinero, pero me decían que los mandaban para atrás porque se le antojó a Migración", contó.
Esto fue en el aeropuerto de Tenerife, en Reina Sofía. El avión debía bajar en el norte en Los Rodeos, pero bajó en el sur porque el norte estaba cerrado y ahí, con todo el tiempo del mundo te mandaban para atrás porque no les gustaba tu cara. Explica que "había una señora mayor que fue a ver a su hija que estaba embarazada de ocho meses y también la mandaron para atrás".

Primera en descender a la que se le impidió el acceso
Fue la primera en bajar del avión y la primera a la que se le impidió llegar a España. "Me detuvieron y me mandaron a una habitación chiquita con baño y me encerraron con llave. Mi hija lloraba como loca. Cuando quise acordar llenaron la habitación de gente. Eramos como 10 mujeres y yo con las niñas, uruguayos y argentinos. Había una mujer con claustrofobia que se moría, estuvimos 20 horas allí y la verdad que fue totalmente inhumano. Llegamos a Tenerife a las 4 de la mañana y a las 3 de la tarde nos iban a embarcar, pero como no tenían lugar nos dejaron encerrados ahí. Luego me soltaron y me dijeron que volviera al otro día a las 2 de la tarde. Me fui al apartamento de mi marido y volví como me habían pedido. Me preguntaron por las niñas, a las que habíamos dejado en la casa de unos amigos. Me dijeron que me iban a mandar sola para Uruguay; les dije que no, que sólo muerta me mandaban sola. Lo llamaron a Manuel para que trajera a las niñas, dijo que sí, pero al aeropuerto. Cuando llegó a la policía le dijeron que ya me habían subido al avión; él se puso a llorar. Nos tuvieron así un rato, hasta que me dijeron que me podía ir. A él lo amenazaron, le dijeron que el tema iba a pasar a otras manos y se la agarraron con él, que se le había vencido la estadía", explicó angustiada Natalia.
Finalmente, por un artilugio legal, un abogado de oficio que "olvidó" informarle a Manuel que debía presentarse en otro juzgado, lograron que la Justicia decretara su expulsión.
Natalia cuenta su agradecimiento a la Casa de uruguayos en Tenerife. "Yo me vuelvo gracias a la Casa Uruguay en Tenerife. Después que mi marido fue deportado -un jueves-, el lunes me presenté y me dijeron 'acá tienes tu pasaporte, acá tu pasaje, buscate la vida. Tenés 3 meses para vivir acá y si querés te podés quedar y todo'. No podía creer lo que me decían", cuenta. Sin dinero y desesperada por reencontrarse con su esposo cuenta: "Me quedé tres días tirada en el aeropuerto hasta que me fue a buscar la gente de Casa Uruguay. Gracias a ellos pasé en un hotel la Navidad, sola con mis hijas mientras movían cielo y tierra para conseguirme pasaje. Al final me consiguieron lugar el 29, y el 30 me reencontré con mi marido", dijo.

Anaír, Natalia... el cónsul
Esta semana también hablamos con Anaír, vicepresidenta de la Casa Uruguay en Tenerife, quien cuenta que lo que le ocurrió a Natalia y su esposo fue también fruto de la mala información que tuvieron antes de ir a España. Por su parte, destacó también la mala disposición del cónsul uruguayo en Tenerife: "La actitud de desinterés para con nuestro colectivo no es nueva para el gobierno uruguayo", y calificó su situación como "vergonzosa y lamentable".
Anaír contó que el sábado 23 de diciembre a las 6 y media de la tarde llaman a los responsables de la Casa Uruguay en Tenerife para avisar que una uruguaya vive desde hace tres días en el aeropuerto con un bebé de 5 meses y una niña de 6 años. "Inmediatamente nos pusimos en contacto con el cura de San Isidro, Alejandro, que además es uruguayo y que siempre nos da una mano. Le comentamos la situación, entonces rápidamente nos pusimos en campaña para conseguirle un hotel decoroso. Fuimos a buscarla al aeropuerto y a la media hora estaba en casa hasta que se solucionaron los problemas administrativos".
Anaír critica la gestión del cónsul uruguayo en Tenerife, Carlos Nicrosi. "Cuando Natalia y su esposo se instalan en el barrio de Los Abrigos y, aparentemente, se presenta a firmar, le nombran un abogado de oficio, porque cuando piden que el cónsul uruguayo en Tenerife los asesore, lo que les dice no sirve de ayuda. En ningún momento les comenta de nuestra existencia. Se trata del arquitecto Carlos Nicrosi, quien usufructúa un piso como consulado, que cedió el Ayuntamiento de Granadilla a solicitud de la Casa Uruguay Tenerife para que se instalara en dicha casa el consulado", cuenta Anaír.
El nada informó sobre la situación de Natalia y Manuel a la Casa Uruguay en Tenerife. "No trabaja para nada en concordancia con la Casa Uruguay-Tenerife", explica Anaír. Lo cierto es que los abogados de oficio que nombran ni siquiera conocen a su clientes, "por eso nosotros nos manejamos con otros abogados".
Anaír afirma: "En el caso de Natalia tuvimos muchísima colaboración del Consulado general de Uruguay en Madrid, y tengo que destacar también que el Ministerio de Relaciones Exteriores siempre nos ha apoyado y, concretamente, el señor Alvaro Portillo fue quien nos salvó la situación repatriando a esta mujer con sus niñas. El y su equipo son fantásticos", dijo. Sin embargo, criticó la gestión del cónsul Nicrosi.

Fuente : larepublica.com.uy

Comentario: con un cónsul como el señor Carlos Nicrosi, para que queremos enemigos. José.

3 comentarios:

pRinCes@rtigas dijo...

Muy triste historia en verdad, espero se resuelva la situación, no sé por qué, hay cosas que no entiendo de España, dejan entrar a los que llegan moribundos, los atienden, los tratan muy bien... y los dejan libres, como si su premio fuera llegar a este País... y por otra parte los que desean hacer las cosas bien y tienen todos sus documentos en regla les ponen muchos contratiempos... en fin, veo que es injusto... gracias por tu visita y suerte...

saludos.

Unknown dijo...

creo conocer a la señora Natalia y me gustaria ayudarla puede alguien darme algun tipo de contacto con ella? telefono , mail, direccion?

Unknown dijo...

creo conocer a la señora Natalia y me gustaria poder contactarme a traves de telefono mail o correo gracias